(Reproducimos la carta que han enviado los cazadores a través de sus federaciones al Presidente del Gobierno. Excelentísimo Señor Pedro Sanchez Pérez-Castejón

Con copia al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, al Ministerio de Sanidad y al Ministerio del Interior

Presidente del Gobierno. Excelentísimo Señor Pedro Sanchez Pérez-Castejón

Con copia al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, al Ministerio de Sanidad y al Ministerio del Interior).

Nos encontramos en el inicio de la temporada de caza 2020/21, los confinamientos y las limitaciones a la movilidad de los cazadores están poniendo en riesgo la viabilidad de un gran número de cacerías y esto solo acaba de empezar.

Se nos presenta una temporada atípica y como no se pongan soluciones urgentes se prevé una reducción muy importante de la caza y por tanto de las extracciones de animales necesarias para su equilibrio poblacional. El resultado de no cazar lo necesario durante los próximos meses, como consecuencias de  las restricciones por la pandemia, ocasionarán sin duda una superpoblación de algunas especies silvestres (conejos, corzos, ciervos, cabras hispánicas, jabalíes…) con consecuencias ambientales, económicas, de salud pública y de sanidad animal nefastas para España. Es especialmente destacable, el impacto en la sobreabundancia de jabalíes; los cuales crecen de forma exponencial y supondría que el año 2021 nos podríamos encontrar con un incremento sin precedentes de la población española de esta especie en varios cientos de miles ejemplares, verdaderamente difíciles de controlar en años venideros; poniendo en grave peligro a las cabañas ganaderas de sectores como el cerdo, vacuno, ovino y caprino, producciones y cultivos agrícolas, etc…

Esto supone un gravísimo incremento del peligro e incertidumbre en múltiples niveles:

1.- Riesgos críticos para la salud pública, la sanidad animal y la sanidad ambiental: tuberculosis, peste porcina africana-PPA, brucelosis, sarna, triquinosis, enfermedad de Crimea-Congo, etc. Es especialmente reseñable que en el caso de que la PPA entrará en nuestro país, con una sobrepoblación de jabalíes la haría imposible de erradicar, causando un desastre económico al sector porcino y por ende a todo el medio rural español, ya que el sector ganadero porcino representa más del 40% de la ganadería de todo el estado.

2.- Severos perjuicios para la seguridad vial y ciudadana: un incremento de población de los grandes ungulados ibéricos supone un aumento directamente proporcional en los accidentes de tráfico; por otro lado, las superpoblaciones de conejos y sus madrigueras afectan a la viabilidad de infraestructuras como las propias vías férreas.

3.- Cuantiosos daños en los cultivos y producciones ganaderas: se multiplicarán las afecciones en las cosechas de cereales, leguminosas, pastos, etc., pero también en infraestructuras de riego y rurales; así como los ataques a las producciones ovinas y caprinas en extensivo, con las importantes repercusiones económicas y competitivas para el sector agrario.

4.- Desequilibrios ecosistémicos: la imposibilidad del control poblacional cinegético en el ecosistema agrosilvopastoral nacional supone un descontrol de la capacidad de carga del medio natural, con severas afecciones a especies sensibles, vulnerables o en peligro de extinción.

5.- Importantísimo lucro cesante y pérdida de empleo del mundo rural en zonas de especial riesgo de abandono demográfico, asociado a la no organización de grandes cacerías, cese en la venta y distribución de carne de caza, etc.. ante la incertidumbre empresarial y económica asociadas a las restricciones por la actual pandemia.

Estas cuestiones han sido constatadas por múltiples entidades científicas y gubernativas de referencia del ámbito internacional y nacional.

Es importante destacar que no existe un método alternativo a la caza para alcanzar el equilibrio poblacional que sea además sostenible social, económica  y ambientalmente.

Especificamente en lo referente a la epidemiología y mecanismo de transmisión del COVID-19; la caza por el entorno natural y las condiciones en las que se desarrolla (distancia de seguridad en el uso de armas de fuego, etc…), no se trata de una actividad “de riesgo” de transmisión del coronavirus, y gracias a las medidas de protección empleadas no hay posibilidad de contactos estrechos.

SOLICITAN

  • Que la caza sea declarada oficial y formalmente como actividad esencial; y se permita la misma en toda la geografía conforme a las respectivas normativas cinegéticas de forma urgente.
  • Clarificar de forma urgente, que los desplazamientos puntuales de cazadores deben ser considerados como una de las excepciones a las posibles normativas de confinamiento, conforme a la normativa de cada Comunidad Autónoma y siguiendo las guías de bioseguridad para la prevención del Covid-19 promulgadas por las autoridades competentes.

Confiando que, desde Presidencia del Gobierno y los Ministerios competentes, se puedan acometer urgentemente las iniciativas solicitadas.